Invisible cuenta el día a día de un joven adolescente en su casa, en la escuela y con sus amigos. Desvelar algo más sería romper la magia de su contenido. En cualquier caso, el lector podrá imaginar que siendo éste el hilo conductor de la historia, el libro trata de temas como la amistad, la familia, el amor, la autoestima, la envidia, los miedos; en resumen, trata de las relaciones humanas y de todo lo que le aportan a un joven cuando «cae, o no, en gracia». El problema es que nuestro protagonista no «caía en gracia» a los demás.

Para los jóvenes adolescentes esto es muy importante y te das cuenta cuando te detienes a observarlos. En ese momento compruebas que tienen todos los sentimientos a flor de piel y te salpican, sólo si los observas, porque a veces son invisibles.

Desde hace años comprobé que recomendar el mismo libro a un grupo numeroso de alumnos era peligroso porque no a todos les gusta lo mismo. Pero cuando un amigo me habló de Invisible este verano pensé que a ellos les iba a encantar.  Y acertamos. Leer esta novela ha sido una experiencia entrañable y no sólo por el contenido de su historia, sino por haberla compartido con mis alumnos de 2º ESO.

Es verdad que la lectura no es una de sus aficiones favoritas, por eso tuvimos que motivarlos realizando actividades diferentes, como: leer en voz alta en clase dando sentido a cada frase, preparar una «gallery wall» sobre el autor y reflexionar sobre la obra en una tertulia. Tres dinámicas sencillas, pero que dieron sentido a lo que estábamos leyendo.

Todo ello creó una gran expectativa para la última actividad: el encuentro con el autor de Invisible, Eloy Moreno. Esta experiencia les encantó, sobre todo porque este escritor transmite y escribe sobre la vida misma y sabe llegar de una manera increíble a sus lectores, sean pequeños o adultos.