Reseñas: Relato

La muerte de Iván Ilich, Tolstói

«Con profundo pesar Praskovya Fyodorovna Golovina comunica a sus parientes y amigos el fallecimiento de su amado esposo Ivan Ilich Golovin, miembro del Tribunal de justicia, ocurrido el 4 de febrero de este año de 1882 

En la primera página de La muerte de Iván Ilich el lector ya conoce la acción principal del relato y sabe que Praskovya lo que menos siente es la muerte de su “amado esposo”. 

Los comienzos de cualquier obra decimonónica resultan fríos. Las palabras suenan tan huecas y vacías que el lector se distancia de los personajes e incluso, siente animadversión por ellos al principio.

Sin embargo, el discurso va discurriendo lentamente como un río, de tal forma que la omnisciencia del narrador, la descripción minuciosa de objetos insignificantes y la acción detenida en un punto irrelevante cargan de sentido la psicología de los protagonistas y sus acciones. De este modo, el autor consigue que el lector se haga cómplice de cada movimiento y comprenda cómo ha llegado el protagonista a ese final.

La muerte de Iván Ilich es un relato largo dividido en 12 capítulos con una estructura circular que comienza y acaba con la muerte de su protagonista.

Todos sabemos que va a morir, sin embargo, lo extraordinario es conocer qué le lleva al protagonista a reflexionar sobre su vida antes del fatídico desenlace y qué consecuencias extrae de estas reflexiones.

Los seis primeros capítulos narran la vida de Iván Ilich desde su infancia hasta llegar a un accidente doméstico insignificante que cambia el rumbo de su vida. De esta forma, el capítulo 6 se convierte en el vórtice de la historia, ya que los anteriores capítulos van presagiando este giro inesperado: “él sabía que su dolencia había empezado con aquel golpe.”

El autor, además de los presagios, utiliza los objetos cotidianos como una pitillera, un espejo o una ciruela para darle más dramatismo y verosimilitud a lo narrado. A veces los objetos que pasan más desapercibidos son los que te llevan a los momentos más importantes de tu vida.

A partir de este momento y en los seis capítulos restantes, la historia desciende como también desciende su estado de ánimo al saber que aquello no le llevará a nada bueno. Es como si el protagonista tuviera que bajar la cuesta que tanto le había costado subir. Una metáfora preciosa que el autor emplea para comparar la vida de Iván con una cuesta que con tanto sacrificio subió para conseguir un status social y que ahora tiene que descender solo e incomprendido por los demás hasta el final del río.

Los capítulos cada vez se hacen más cortos lo que hace aumentar la tensión en la narración, en el carácter de Iván y en la respuesta que tendrá que dar, porque, en el fondo, no sabe si ha vivido la vida que la muerte viene a buscar.

Deja una respuesta