Héctor Hugo Navarro Díaz (Valencia, 1973) es licenciado en Filología Hispánica y compagina la docencia con la escritura. Cuando habla de sus obras lo hace con tal sencillez y modestia que esconde la sensibilidad literaria y el cuidado artesanal que pone en ellas. La ciudad encendida e Interterror fueron sus primeras obras. Con las siguientes ha obtenido el Premio Giralda de Novela Breve 2013 por La memoria del bandido, el Premio Cantabria 2020 de novela corta José María Pereda por Pontiac y XXI Premio de Novela Corta de la Diputación de Córdoba por Los ahogados.
La memoria del bandido cuenta la historia de El Chito y se desarrolla en dos niveles temporales que reflejan el cambio en Valencia de finales de los 70 al siglo XXI. El protagonista vuelve a su barrio después de estar en prisión y encuentra un escenario totalmente distinto. Pero lo interesante de esta novela es cómo a partir de los recuerdos del protagonista y los de otros dos personajes, Leo y Lidia, se recrea su historia sin seguir un orden cronológico, solo memorístico. La narración te lleva por distintos caminos y tiempos, pero sin que pierdas el hilo de lo que se está contando.
Además, la habilidad del autor para describir a los personajes con un detalle, una expresión o una mirada son suficientes para conocer su forma de ser y cómo ha influido en ellos su pasado. La novela es una como una cajita de recuerdos que van sucediéndose de la misma forma que acuden a nuestra cabeza. Como un flash inesperado.
Por otra parte, es curioso el trato cariñoso que el autor da a sus personajes, en especial al protagonista. Ya en el título nos llama la atención la palabra “bandido”. Es un sustantivo que los valenciano hablantes utilizamos muchas veces de manera cariñosa para calificar coloquialmente a alguien que ha hecho algo “mal”, pero que de alguna manera le perdonamos o le permitimos.
El hecho de que la novela se centre en la transformación social que sufrió Valencia a finales de los 70 nos recuerda a La estanquera de Vallecas o Bajarse al moro. Obras de teatro que escribió José Luis Alonso de Santos en los años 80 y que el cine les dio mucho éxito. Hay personajes con rasgos comunes en las obras de ambos escritores. Lidia nos recuerda a Ángeles o a Chusma y El Chito a Leandro o a Alberto. Chicas y chicos que se encuentran inmersos en una situación que les ahoga y de la que quieren salir, aunque el vértigo los lleve a caer en lo que no es “correcto”, en el “infierno”. La diferencia entre los escritores es que entonces podíamos ver reflejado en aquel teatro social lo que estaba viviendo España en ese momento y con las novelas de Héctor Hugo Navarro alcanzamos a ver la evolución y consecuencias de aquella crisis económica y social que sufrió el país.
La memoria del bandido es una novela corta, muy interesante, que te enseña que la vida es un viaje de búsqueda, en el que se va aprendiendo de los hechos y las circunstancias que te rodean. Estas circunstancias marcarán el camino que recorrerás hasta llegar a la meta, aunque a veces no seas totalmente libre de elegir hacia dónde encaminar tus pasos. O tal vez, sí.
NB: La foto de la portada es de Pepe Plasencia.