Reseñas: Novela española

Todo esto te daré, Dolores Redondo

Una de las actividades más gratificantes para un profesor de Literatura es llevar a sus alumnos a conocer a un escritor. El último encuentro fue el 8 de febrero en San Miguel de los Reyes con Dolores Redondo.  

La verdad es que hace años pensaba que no era necesario estudiar la biografía de un autor para entender sus libros, quizás por la universalidad de su obra. Sin embargo, cuando oyes la entonación que pone en lo que cuenta, ves sus gestos y cómo se expresa, entiendes mucho mejor por qué ha escrito su obra.

Y curiosamente del mismo modo que no puedes “entender” un libro si no conoces a su autor, tampoco puedes acercarte un día a él si no conoces algo de cómo escribe, cómo narra o qué ha escrito. Todo esto te daré ha sido la primera novela que he leído de Dolores Redondo. Es una “novela negra” con la que ganó el Premio Planeta 2016 y en la que utilizó unos parámetros diferentes a los que había empleado antes en su famosa Trilogía del Baztán. Como por ejemplo que los personajes principales son hombres y el espacio lo desplaza a Galicia.

Al principio de la lectura las descripciones farragosas con frases subordinadas interminables y con infinidad de adjetivos me parecían salir de los lagos y los palacios de Rubén Darío. “Cursilerías” dirían los del 98. También el marco me pareció “esperable”: El protagonista, escritor homosexual, se enfrentaba a la muerte de su marido, pero en uno de los mejores parajes vinícolas de España, la Ribera sacra. Una vez más, literatura y vino. Una combinación de moda que gusta a muchos.

Sin embargo, conforme avanzaba la lectura los diálogos intercalados en la narración dieron otro ritmo a la historia y además de perfilar mejor la psicología de los personajes, te adentraban en un entramado complejo e intrigante que te llevaba a leer con más interés la obra.

Dolores Redondo nos confesó en la Biblioteca Valenciana que muchas veces llora mientras escribe, porque le preocupan sus personajes y le ocupan todo su ser. Se adentra tanto en sus fortalezas y debilidades que consigue que el lector empatice con sus emociones. Se convierte en escritora, porque no crea un producto, la historia le nace de dentro.

Al oírla hablar también es evidente que dedica mucho tiempo a estudiar y documentarse sobre todo lo que escribe para crear la atmósfera adecuada y el espacio idóneo de cada secuencia. Los espacios hablan de las acciones y además, mejoran la puesta en escena.

Me sorprendió ver cómo Dolores Redondo nos hablaba con tanta normalidad de su trabajo. No suelo leer este tipo de novelas y resulta extraordinario ver cómo un escritor es capaz de llevar en la mano varias acciones a la vez, conjugarlas con distintos personajes y espacios, manteniendo la intriga, aunque tenga un final predecible. Es como el artesano que teje un tapiz. En el comienzo solo se ven hilos de colores sueltos y poco a poco se van juntando con una aguja de madera igual que un lápiz forma un texto.

No sabría qué lugar ocuparía esta novela entre mis lecturas. Solo sé que Todo esto te daré me ha abstraído del ruido que a veces nos rodea. Supongo que al igual que los hombres y mujeres del XVII necesitaban los versos de Lope encima de unas tablas para hacer caso omiso a la crisis existencial que les rondaba, los que habitamos ahora la Tierra también necesitamos historias que nos aparten de la situación que vivimos. Todavía nos quedan días dulces y amargos, como el tacto de una gardenia en el bolsillo de la chaqueta.

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