Reseñas: Novela española

Tormento, Benito Pérez Galdós

Mientras leía Tormento de Benito Pérez Galdós pensaba en mi abuela María. Me la imaginaba ansiosa por leer, buscando la novela por su casa, después de recoger el patio, bordar unos manteles o acabar las tareas. A mi abuela no la conocí. Sólo sé de ella que era muy buena y que le gustaba leer novelas de Blasco Ibáñez, de Galdós… No tenía estudios superiores. No pudo. Pero le gustaba leer y soñar. También le gustaba ir al teatro del Círculo de Burjasot todas las semanas y subir arriba, al paraíso. Y si alguien perdía el hilo de la historia, en los entreactos ella se lo contaba. 

A mí me ha pasado como a mi abuela María, también he estado varios días recelosa por leer esta historia. Las novelas del XIX tienen eso, enganchan al lector y le hacen vivir la historia y soñar con sus personajes. El detalle minucioso y perfecto de los espacios. Los diálogos entre los personajes, los monólogos y el estilo directo libre. La descripción de los tiempos. Las metáforas y las comparaciones…

No hay nada como contar bien una historia y Galdós es uno de los mejores en esto. Tormento es una novela corta donde el narrador omnisciente nos cuenta la historia de Amparo, una mujer joven y trabajadora, que debe enfrentarse a su pasado para conseguir un futuro mejor. Como en otras novelas decimonónicas se nos plantea un triángulo amoroso, con un final inesperado.

Amparo Sánchez Emperador es el “objeto” deseado y Agustín Caballero y Pedro Polo, los “sujetos” que la pretenden. Cada uno tira de ella con unas intenciones y ella tendrá que afrontar las circunstancias para tomar una decisión y salir adelante. Como en otras obras está en juego la virtud, la religión, el “qué dirán”, … frente a la naturaleza y el deseo del individuo.

La historia se divide en 41 capítulos cortos que a su vez se podrían agrupar en dos partes. La primera es más lenta y pesada, pero poco a poco la obra va cogiendo ritmo hasta alcanzar el clímax. Los capítulos parecen escenas de una función de teatro que siguen la estructura clásica de introducción, nudo y desenlace. No hay acotaciones, pero las intervenciones constantes del narrador llamando la atención del lector y hacen más teatral la historia.

Saca a relucir indiscretamente estas cosillas el narrador, para que se vea… pág. 72

Conviene decirlo en letras de molde para que lo sepa el público. pág. 46

Estas intervenciones sobrarían, si no se tiene en cuenta el carácter dramático que le ha querido dar el autor. De hecho, el primer capítulo y algunos del final se presentan con el formato característico de una obra teatral, lo que reafirma la propuesta de Galdós de intensificar el dramatismo como sucede sobre las tablas de un escenario.

No sé si mi abuela María leyó Tormento, pero sí sé cómo se sentiría si la hubiese leído. También sé lo que sentía cuando subía al paraíso del teatro de Burjasot y qué hubiera pensado si hubiésemos hablado las dos sobre esta y otras novelas. Leer y soñar.

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Contigo porque me salvas. Cambio oro por besos… Una libertad con remiendos. Una vida que no fue de cuento…

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